CHILE COSTA CONSTITUCION HASTA SANTIAGO

CHILE COSTA DESDE CONSTITUCION HASTA SANTIAGO DE CHILE

Constitucion - Hualene 65 Hualene – Curico 70 Curico - las Cabras 111 Via Santa Cruz Las Cabras - Coltauco 85 / via lago Rapel Coltauco - Rancagua 45 Rancagua – Santiago 105 / 5 dias parada

Desde Constitución hasta Hualañe

Por el lago Vichuquen

La salida de Constitución por el puente nuevo, de aquel hay una vista agradable del puerto y de la ciudad, y del río con islas y rodeado de bosquetes. Después durante 40km la ruta sigue por la llanura, al lado del mar. Son pastos de trigo por la mitad, y la otra parte abandonando, volviendo al salvare, granjas pobres de adobe de tierra, y casa caros de adobe artificial y madera, con ventanas largas, setos de álamos y mimosas. Y más y más se abandona la agrícola para plantar pinos y eucaliptos. Encontré un ciclista de 80 años, con su bici de corriente, que vive en Santiago, y viene andar por aquí, para disfrutar. Tiene plena forma y parece 65 años. ¡Espero que esteramos como él! Cruce un río muy largo, con poco agua, y luego vi todo el estuario, con arena gris, y las olas blancas al fondo que rolan. Después vienen la ruta de tierra, y las subidas para saltar unas colinas, en el mismo paisaje, y la bajada demasiado rápida, como siempre en Chile. Llegue al río que va hasta Curico. Este campo todavía es todo agrícola, choclo y trigo, con el río que serpiente, con islas, o a veces lecho largo de arena gris, rodeado de sauces y laureles. Alamos altos, maitenes, mimosas, retamas sirven de setos. Llegue al puente, y de nuevo a la ruta asfaltada que va de Curico al mar. Acá me pregunte si voy a seguir por el mar a la izquierda, o por el interior a la derecha. Bueno la tormenta que viene del mar, me da la repuesta: imposible de andar con este viento de frente. Pues hay un paseo muy bonito y agradable, de unos km, todo ribeteado de álamos tamaños, que cantan con el viento fuerte. Y me pare a Ilantel. El día siguiente, fue a conocer el lago Vichuquen. Me tira al menos porque la ruta esta 60km de ripio, y había tanto tiempo que solo ando por el asfalte. Anoche un local me explico hay una cuesta corta, después es llano, y pues la bajada hasta el lago. Hombre la cuesta hace 10km de larga, con la mitad tanta brava que tenía de caminar empujando la bici. Pues sí baja hasta el pueblo, tanto rápido que casi los frenos human. Y luego son 10km más, ondulando, con subidas bravísimas. Pues ande la vuelta por otra ruta, pero con las mismas lomas que saltar. Al total 40km de subidas, y 15 o 20 empujado la bici, no os digo el agotador. Y cada vehículo pasa en unas nubes de polvo, que ambos lados de la ruta son todo marrones, y yo también después de poco tiempo. El pueblo Vichuquen es muy bonito, todo de casas de adobe de tierra, con techos de tejas canales, al lado de un arroyo, a dentro de pastos y del bosquete. Y el lago duerme a alta altura, con ribazos escarpados y bajos, cubiertos de pinos altos y majestuosos. Todas las riberas son privadas, con casas ricas, cabañas, hoteles carísimos, y muelles con botes con motores poderosos, sillones de piel, formas delgadas. Los ricos juegan a crucer el lago aprisa rápida con los botes. No pescan. Solo se queda una playa chiquita, 50m por 10, común, para los turistas corrientes. Por eso no es el lago Vichuquen, sino que se llama el lago de los ricos. La ruta sigue por colinas cubiertas de pinos altos y maduros, las ramas murmuran con el viento, y mandan un olor delicioso. A veces hay miradores sobre el valle de Illantel o Hualañe, o sobre todas las colinas que ya salte, o que me queda a subir.

Hualañe hasta el lago Rapel

Saliendo de Hualañe, de repente encontré el viento de frente, y no del mar. Y también las colinas no más están planteadas. Están secas, con árboles dispersados, tierra amarilla, piedras. Sólo crecen acacias pequeñas, riñes, y mimosas salvajes. Lo bueno de América del sur, se queda tantos lugares salvajes y vírgenes al lado de la civilización. A veces el bosquete se cambia más denso, o con unos pinos y eucaliptos, como si se proba plantaciones. Pues la ruta pasa al pie de las colinas, siguiendo el valle ancho del río. Este es planteado, choclo, frutas, viña, trigo, y líneas de álamos, eucaliptos, mimosas, maitenes, para dar sombra, o decoración, o como setos. El lecho del río es ancho, con brazos, islas, arena, y poco agua. Se puede crucerlo caminando. A veces al fondo aparecen los volcanes blancos. Y de todo sale un ambiente suave y sereno. Curico es más un mercado grande que una ciudad, con tiendas, almacenes, mercados cubiertos o de tela y tinglados a todo lado. Se quedan unas casas antiguas, con decoraciones, y paquetes de cables eléctricos que pasan adelante para esconderlas. La cara de la catedral es de adobe rojo, de estilo clásico con un pórtico griego y una torre con una campanilla. La municipalidad es de estilo clásico, blanca, con un triangulo sobre cada ventana, y suportes esculturos en las paredes. El parque de la plaza tiene pasillos de palmera, y un kiosco de música antiguo, de metal forjado, con 2 pisos. También hay una rambla planteada, ancha, a uso cuadras de la plaza, con un santuario arriba de una loma al lado. Bueno todo eso no es tanto bonito que le dice el guía, y me quede solo la tarde. Pues sigue hasta el lago Rappel, por Santa Cruz. La ruta salta una loma por una cuesta bravísima, como siempre, y después es toda llana hasta Rancagua. Lo extraño entramos de repente, después de la loma, en un valle ancho, escondido a dentro de las colinas secas cubiertas de acacias. Este es todo agrícola, choclo, trigo, frutas, melones, sandias y viña. Los álamos y maitenes sirven de setos. Y siempre al fondo, al alrededor, hay la paradoja (Patricia, ves que leo tu libro) de las lomas todo secas, a pesar que hay tanto agua a bajo. Es muy bonito, con vistas sobre todos los pastos, porque la ruta es un poco en altura, como una diga. Y ande un día largo, 110km, que la ruta es asfalte, llana y lisa. Pues llegue a Santa Cruz, una ciudad adonde sentí un ambiente tanta mala que la huye, a pesar que pensaba al principio dormir aquí. Solo hay la plaza mayor, con una iglesia baja y blanca, con una torre larga y pequeña, algo parecido a un edificio del sur de España o de Marrueco. (Si uno tiene una foto de esta iglesia, mi camera no funcionó bien esta vez, puede mandármela por mail, gracias) Y también un curioso pequeño carillón, al lado del parque, con la vista a dentro de todo el mecanismo, y un hotel carísimo, de piedra y madera, con balcones. Pues no visite el museo privado, cerrado el lunes. En esta ciudad la oficina de turismo me indica un camino nuevo, que no esta en mi mapa. Bueno lo sigue, y fue una buena ruta, estrecha, sin tráfico, atraviesa de los pastos, muy simpática. El único problema que no tenía ninguna idea de adonde estuve. Pues de repente vi un hotel básico, y me pare para cenar y dormir. Fue una buena idea, que pregunte por el desayuno la ruta por el lago, mira la falte, la ruta asfalte estaba a la derecha 1km antes. Pues sigue hasta el puente, doble a la izquierda, hasta la ruta de tierra que va al lago Rappel. El lago Rappel mismo es largo, todo rodeado con las lomas secas con acacias, altas: Las riberas son escarpas, vacías al lado de las colinas secas. Al oposito son verdes de árboles grandes planteados, privadas a muchas veces, al lado de la ruta de tierra, con granjas, casas, y también hoteles y cabañas y camping. Bueno hay pocos muelles, y solo unos botes que pasean. Al principio el lago es más un pentano con patos y pajones, pues es agua pura y durmiendo, con las lomas que se reflejan. Desde el lago Rappel hasta Santiago Pensaba seguir esta ruta hasta su fin, 25km, y volver por el asfalte, pero había siempre coches, colectivos, y camiones, un humo de polvo de tierra permanente. Entonces, doble a la izquierda por la primera senda, admire el lago, y junte la ruta asfaltado para volver a las Cabras, y seguir hasta Rancagua. La ruta atraviesa el valle de frutas y trigo y choclo, con una iglesia bonita en el pueblo Peumo, blanca y roja. Pasa entre las colinas por un desfile para salir de este valle, y entrar en el valle de Rancagua. Llegue en Rancagua porque una ciclista quisiera encontrarme. Bueno fue una buena idea. Al principio la ruta desde el lago Rappel hasta Rancagua, y después hasta Santiago, es llana, lo que no es directamente del lago a Santiago. También Rancagua es bonito y el centro agradable. La plaza mayor es solo para los peatones, y también 2 calles. Aquí podría tocar mandolina sin altavoces. ¡Que tranquilo! Después se quedan unos edificios antiguos, sobre todo un palacio andaluz puro, una mezcla de estilo europeo y arabico, con cerámica y un patio a dentro. La lastima que no se puede conocerlo a dentro. La catedral es muy impresionante, con las 2 torres altas que se ven de todo lado, de estilo clásico. Después las calles son rodeadas de casas bajas y de árboles. Y si pasas por aquí, no falta el museo, calle del Estado. Está en una parte del fuerte antiguo de la ciudad. Y se ve muebles del siglo pasado, todo el piso de un rico local, con la descripción de su uso, y entonces da una idea de la vida, y estatuas como los juegos de los niños, y maquetas del fuerte de Rancagua. En ningún otro museo he visto eso en Chile. También tenía el placer de encontrar Patricia, muy simpática. Bueno la única cosa que voy a decir de este encuentro es que ella me regala de un libro de 500 páginas, 1kg más, muy complicado, y apasionante, de siencia social, sobre la diferencia entre las sociedades emigrantes y las fijas, como las nuestras. Es de este libro que hable la página de antes. No os digáis, cuantas veces estoy buscando palabras en el diccionario. En la primera parte, tenta de enseñar que las pinturas en las cuevas paeloticas no tienen ningún sentido religioso, solo el propósito de pintar y dibujar la vida cuotidiana, como las obras de pintura de los siglos 18 y 19. Que la idea que esas obras son simbólicas de religión o brujo o chamanismo es solo una proyección de los arqueólogos de los años 1950, para apoyar a su idea que esas sociedades no tienen dios en el cielo, sino que animismo.